A continuación de esta entrada, incluiré en el blog un documento (extraído de Internet) que muestra de manera muy completa cómo puede ser nuestra actuación conjunta con la familia ante un caso de alumno TDAH. Es necesaria una correcta intervención por parte de todos los agentes educativos, aunando criterios e intercambiando información para actuar de forma coherente.
En nuestro día a día se hace imposible tratar los problemas o necesidades de nuestro alumnado si no es con la colaboración de su familia, la cual también debe estar implicada en actividades educativas que llevemos a cabo con el fin de que participen activamente en las vida escolar de sus hijos. Para ello, podemos plantear talleres, actividades complementarias o proyectos donde actúen directamente en el aula o desde casa.
A la hora de ofrecer o recibir información, contamos con las horas dedicadas a las tutorías, reuniones informativas, contactos informales (por ejemplo, a la entrada o salida), etc. Son estos momentos los que tenemos que aprovechar para intercambiar ideas, información relevante (personal o académica del alumno), así como para establecer una relación cordial de cooperación.
También utilizamos documentos y notas informativas, registros de las entrevistas, cuestionarios, etc., que son muy útiles a la hora de recabar datos relevantes.
En el caso de un alumno con TDAH, la relación debe ser aún más, si cabe, realista, práctica y funcional entre el maestro y la familia. Podemos ofrecerles nuestro asesoramiento a la hora de llevar a cabo pautas sobre comportamiento y conducta, señalar algunas asociaciones y organismos que puedan ser de ayuda para ellos y para su hijo, indicarles quiénes son los profesionales que en el centro pueden trabajar con él, y establecer todas las actuaciones necesarias, en un clima de respeto, ayuda y comprensión.
Como dice aquel proverbio africano: "Se necesita de todo un pueblo para la educación de un niño".
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