Les hablamos a los más pequeños de cómo tienen que respetar a sus compañeros, y nos escuchan discutiendo por los pasillos con otros maestros, o no respetando el ritmo de aprendizaje de cada uno de ellos, etiquetándolos delante de grupo, o no escuchándoles cuando nos quieren decir algo. Creo que no somos del todo coherentes en lo que predicamos, en esa escala de valores que debe empezar por nosotros como modelos, y creo que es una cuestión que deberíamos plantearnos en todas esas reuniones burocráticas que en ocasiones mantenemos con el resto de profesorado, y de manera personal (revisando lo que hemos hecho en ese sentido a diario). Quizás nos cambiara la perspectiva y nos sería más fácil educar desde los valores universales que mencioné al principio, y quizás no tengamos que echar mano de tantos cuentos ni tantos recursos metodológicos, porque no hay nada más valioso para nuestros peques (y, a su vez, peligroso) que nuestras palabras y nuestras acciones.
De cualquier modo, es interesante y útil aprovechar esas herramientas para enseñar, como son los cuentos, las canciones, los vídeos,...de los que podemos sacar mucho provecho. En Infantil, la etapa que me ocupa, son (desde mi punto de vista) los recursos más prácticos y más motivadores, sobre todo los cuentos. Hay toda una gama para trabajar la diversidad y los valores, desde los cuentos de hadas más clásicos hasta los más novedosos. Todo está en trabajar la lectura crítica y analizar lo que cada uno nos transmite, para poder llevar a los niños desde este mundo de fantasía a la más pura realidad.
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